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Frase Lobuna 45

Construyo acantilados a pedido. No me responsabilizo por los ABISMOS INTERIORES
Edu BB Videla (c) 2013

Frase Lobuna

Me di cuenta que era amor... porque mi corazón flotaba a la deriva y vos eras el río
Edu BB Videla (c) 2014

Frase Lobuna 2017 2

Hay amores/amigos q me honran y hay enemigos/odios q me dignifican.
Edu BB Videla Fal (c) 2017

Frase filosófica

JEAN PAUL SARTRE
"L'enfer, c'est les autres"

Frase Lobuna 36

"AMO A LA HUMANIDAD, PERO NO SOPORTO A LA GENTE"
Charly Brown

martes, 7 de junio de 2011

LA BÁCULA

Amigos lo que voy a contar es totalmente cierto y tal vez después de leerlo crean que nada tiene sentido, pero les doy mi palabra, mi palabra de honor que como lo cuento así ocurrió.
Y aunque parezca una locura, les juro que si esta historia la hubiera escrito Edgar Alan Poe, yo sería Arthur Gordon Pinn, porque puede desarrollarse un mundo fantástico donde menos te lo esperas.

LA BÁCULA
Ese día llegué temprano a la casa de mis amigos Gusti y Sandra, cuando subía las escaleras del viejo edificio, un hoyo adimensional se abrió ante mí, algunos amigos científicos, amantes de la dualidad atemporal me habían hablado de ellos, pero a mí, siempre me había parecido una loca fantasía.
El hoyo flotaba, brillaba luminoso,delante de mí, pero de a ratos se oscurecía totalmente, me quedé paralizado mirando fijamente su interior, tratando de ver más allá, escudriñando su misteriosa apariencia, lo que mis amigos cientistas me aseguraban que no se podía ni debía hacer.

Los hoyos adimensionales son muy peligrosos, aseguraban.

De pronto un rápido reflejo me cegó, perdí el equilibrio y me derrumbé hacia adelante, cayendo por el hueco impalpable, intangible. Mi cabeza pegó fuerte contra algo duro, que pareció quebrarse ante el golpe, cuando intenté incorporarme vi que había abollado considerablemente la placa de la puerta contra la que había golpeado mi cabeza. El número nueve se balanceaba aun colgando de uno solo de los tornillos que lo sostenían. Ahora se veía como un seis. O era un seis que me había parecido un nueve en principio. ¡Claro! el número nueve era el departamento de mis amigos Gusti y Sandra. Me restregué los ojos para ver si había acertado o definitivamente estaba equivocado mientras me incorporaba, Sandra abrió la puerta, asustada por el golpe y cuando me vio me ayudó a levantarme. Sí, era mi amiga Sandra pero estaba algo cambiada, su cabello ahora era rojo, lacio y corto, sonrió y noté que tenía aparatos de ortodoncia en los dientes. me detuve, pensé, ella nunca usó aparatos en los dientes y su pelo siempre fue castaño claro, largo y lleno de bucles.
Me pellizqué disimuladamente el brazo para ver si estaba soñando, después pasé mi mano por la zona de la cabeza donde me había golpeado para aliviar el dolor y giré para mirar donde hace un instante estaba el hoyo adimensional, pero no había nada detrás de mí, sólo la escalera vacía y en silencio.

Sandra me preguntó si me pasaba algo. - Nada, respondí. - Nada, repetí en voz baja como hablándome a mi mismo, tratando de compreder lo sucedido. Mis ojos seguían buscando el hoyo, que ya había desaparecido completamente.
Sandra me tomó del brazo y me invitó a pasar, la seguí y al cruzar el umbral. Otra vez mi sorpresa al ver tres micos saltando, colgándose de una a otra de las lámparas ubicadas en el techo.
Sandra sonrió y dijo que los micos eran de un amigo que se los había dejado por unos días, mientras me miraba extrañada, como tratando de reconocerme.
Los micos hacían un terrible bullicio mientras se perseguían entre sí, en un interminable juego de la mancha animal.
Pero la cosas extrañas recien comenzaban a encadenarse.
Una gran anaconda se retorcía sobre los sillones del balcón, como si tratara de salir de su largo letargo.
¿Qué hacía esa boa desmesurada allí?
¿Por qué el departamento de mis amigos se parecía más a una selva que a una casa en la ciudad?

Ya quise salir de mi asombro cuando Gusti, mi amigo me recibió con una gran sonrisa, estaba sentado en el piso del baño, cortaba en rodajas unas cebollas, apoyado en el suelo, mientras un gran perico molía unos tomates con su pico y los colocaba dentro del vaso de la licuadora, cotorreando frases inentendibles.
Gusti también estaba distinto, su cabello era rubio y corto y tenía unos grandes ojos claros, verdes para ser más preciso. Pero él, normalmente era todo lo contrario. cabello castaño oscuro y largo, ojos marrones.
y Gusti agregó, antes de que yo pudiera decir nada, que yo me veía algo cambiado.
¿A qué se referiría?
Todavía yo no notaba los cambios en mí.

A ver si me explico lo suficiente, todo y todos habíamos cambiado algo, en algunos detalles, pero seguíamos siendo nosotros.
El universo paralelo seguía siendo comprensible a pesar de los cambios.

Gusti finalmente, notándome algo absorto, me sacó de mis elucubraciones y me dijo que esa salsa casera iba a salir deliciosa, y no lo dudo, pronto estaremos todos sentados a la mesa degustando unos sabrosos spaguettis con salsa casera.
Por supuesto si la anaconda, los micos, el perico y otros bichos que andaban sueltos por allí nos dejaban.
Sólo espero que el pico del loro esté lo suficientemnte limpio, al igual que el piso del baño.
Mi amigo pareció adivinar mi pensamiento y agregó - No te hagas problema, por las dudas la herviremos lo suficiente, refiriéndose a la salsa y se ríó.

Y digo ¿Estos son mis amigos, este es realmente su departamento?
¿A quién se le ocurre cocinar sentado en el piso del baño?
Y palpándome el pecho y el rostro, me digo, me repito en voz baja ¿Este soy en verdad yo?
¿Por qué el hoyo adimensional cambió solamente algunas cosas?
¿Por qué de pronto todo se confunde y parece una película de George de la selva?
Tal vez estoy asistiendo a otros universos posibles.
Quizás estos universos paralelos son parte de una realidad que no conozco, o a la que no había tenido acceso hasta ahora.
¿Quién sabe?
¿Quién puede saberlo?

Florcita la hija de tres años de mis amigos, me devuelve a la realidad de un brinco. Ella también presenta algunos cambios, pero igual puedo reconocerla.
Es bella y movediza, viene de su habitación, justo atrás de ella veo flotar un pequeño castillo a una considerable distancia del suelo, como si allí la gravedad no existiera. Los ríos, las montañas, la misma madre naturaleza alrededor parece cobrar vida, dentro del pequeño recinto.
Aun no termino de salir de mi asombro.

La niña trae en su mano izquierda un varano (un pequeño lagarto adormecido) y en la mano derecha una bácula (un DVD de Barney)
Así le dice ella a las películas... báculas.
Sonríe, me sonríe y me dice en su lenguaje particular y único
- Oye Aduá (ya se dan cuenta que le es imposible pronunciar bien mi nombre) la bácula.
¿A ver si adivinan? mi nombre es Eduardo. La bácula es una película.
Y sí, tal vez en varios universos paralelos que ahora están al acecho, nos veamos diferentes, las películas sean báculas. Mi nombre sea Aduá y no Eduardo. Los animales salvajes convivan con nosotros sin problema y los departamentos tengan pedazos de selva incorporados.

Me resigno a nuestros nuevos aspectos, después de todo seguimos siendo nosotros. Florcita deja ir al varano, que al ser liberado, recupera su movilidad y los dos nos sentamos en la sala dispuestos a ver la bácula de Barney, que sospechosamente en esta nueva realidad se parece más aun oso polar que a un dinosaurio mal trazado. Eso sí, las canciones casi no han cambiado...

- Te quiero yo y tu a mí... la ra la la la ra la la...
Los cuatro reímos hasta las lágrimas, mientras el zoo improvisado nos contempla y el oso Barney nos atormenta con su canto desde la pantalla.-

Edu BB Videla (c) 2008
a mis queridos Gusti, Sandra y Flor con mi amor de universo paralelo.-
México DF

3 comentarios:

lobo rojo solitario dijo...

si no crees en los universos paralelos andá preparándote para esta fiesta

Adrian Dorado dijo...

¡Claro que te creo!
Constantemente entramos y salimos de mundos paralelos (y para lelos) sin darnos, en algunos casos, cuenta de ello. Ese es el común y así la mayoría de las personas quienes suponen que la realidad es lo que sus opacos e inservibles ojos logran distinguir contra un fondo difuso. Pero para los que vemos las diferentes capas de la existencia, todas superpuestas e intercambiables, sabemos que existen tantos universos paralelos como la capacidad y sensibilidad de cada uno pueda concebir. Llamamos ficción, arte, imaginación, fantasía etc. a todo aquello que la mediocridad de entendederas no puede admitir como real....Cuanto usamos de nuestro cerebro? ¿Donde comienza y termina el inconsciente? Y el espacio sideral?
No será una bácula lo que muchos llaman realidad?

lobo rojo solitario dijo...

q bueno!! Maese Adriano compartir tus reflexiones y pensamientos es un elixir para estos días donde el arte duerme entre los escombros de la mediocridad
abrxxx+besxx