ARTE POESÍA RELATOS FOTOS PELIS MÚSICA REFLEXIONES PENSAMIENTOS SENTIRES INCÓGNITAS

Frase Lobuna 45

Construyo acantilados a pedido. No me responsabilizo por los ABISMOS INTERIORES
Edu BB Videla (c) 2013

Frase Lobuna

Me di cuenta que era amor... porque mi corazón flotaba a la deriva y vos eras el río
Edu BB Videla (c) 2014

Frase Lobuna 2017 2

Hay amores/amigos q me honran y hay enemigos/odios q me dignifican.
Edu BB Videla Fal (c) 2017

Frase filosófica

JEAN PAUL SARTRE
"L'enfer, c'est les autres"

Frase Lobuna 36

"AMO A LA HUMANIDAD, PERO NO SOPORTO A LA GENTE"
Charly Brown

viernes, 10 de mayo de 2019

GELBARD EL BURGUÉS MALDITO


¿Quién fue José Ber Gelbard? Del la gran biografía de María Seoane "Gelbard. El burgués maldito" (Prólogo):
"En los años cincuenta, (Gelbard) demostró su condición de líder político y gremial de los empresarios del interior durante el gobierno de Juan Perón, y de su mano fundó la Confederación General Económica (CGE), que agrupó a la pequeña y mediana burguesía nacional a partir de la segunda mitad del siglo XX.
Sin embargo, Gelbard no fue sólo un empresario. Llegó a intervenir en acontecimientos políticos decisivos como uno de los más secretos y efectivos lobbistas de la historia argentina contemporánea: fue el principal hacedor del pacto Perón-Lanusse en 1972; el último —y el preferido— ministro de Economía de Perón, entre 1973 y 1974; uno de los genios financieros del imperio económico montado por el comunismo argentino; un hombre confiable para los servicios secretos israelíes (Mossad), para el Departamento de Estado norteamericano y para el Kremlin; un amigo de Fidel Castro y de Salvador Allende; un protegido de los Kennedy y un opositor de Henry Kissinger y Richard Nixon; un aliado de Menem, de Balbín, de López Rega y de Montoneros, y un enemigo de Martínez de Hoz; un perseguido por la Triple A y una víctima de Videla, Massera y Suárez Mason.
En medio de esta multiplicidad de nexos, de convicciones, de intereses, Gelbard fue un paradigma de la burguesía argentina: construyó su fortuna con el estilo propio de los empresarios nativos, fueran pequeños o grandes, pro-norteamericanos o nacionalistas...
Pero a diferencia de lo que sucedió con la gran burguesía industrial y terrateniente argentina, que ya adhería al fundamentalismo de mercado en los años sesenta y setenta, Gelbard prefirió las alianzas con la sociedad civil al vicio autoritario de recurrir a los cuarteles. Eligió apostar al desarrollo del mercado interno, criticar la alta concentración de las riquezas y la inequidad, y defender un modelo de país industrializado sin exclusiones. No hubo, en esa apuesta de Gelbard, ambigüedad ni secreto. Sí recurrió al secreto, ya fuera por razones ideológicas o por beneficio personal, cuando trató de cubrir los rastros que hubieran permitido revelar su verdadera identidad política.
No fue el poder del dinero lo que transformó a Gelbard en un protagonista singular y central de la política argentina, sino su proyecto político y económico de llevar al poder a la burguesía nacional, industrialista e independentista. Los militares y los civiles que asaltaron el gobierno en 1976 no lo persiguieron como a un evasor sino como a un enemigo político, condenado al destierro y a la muerte en condición de apátrida."