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Frase Lobuna 45

Construyo acantilados a pedido. No me responsabilizo por los ABISMOS INTERIORES
Edu BB Videla (c) 2013

Frase Lobuna

Me di cuenta que era amor... porque mi corazón flotaba a la deriva y vos eras el río
Edu BB Videla (c) 2014

Frase Lobuna 2017 2

Hay amores/amigos q me honran y hay enemigos/odios q me dignifican.
Edu BB Videla Fal (c) 2017

Frase filosófica

JEAN PAUL SARTRE
"L'enfer, c'est les autres"

Frase Lobuna 36

"AMO A LA HUMANIDAD, PERO NO SOPORTO A LA GENTE"
Charly Brown

viernes, 13 de marzo de 2020

EL CULO DE LA ARQUITECTA de Pedro Mairal

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EL CULO DE LA ARQUITECTA
No suelo concordar con el prójimo varón sobre cuál es el mejor culo. Noto un gusto general por el culito escuálido de las modelos flacas. A mí me gustan grandes, hospitalarios, macizos. Me gusta el culo balcón, que sobresale y se autosustenta como un milagro de ingeniería. El culo bien latino, rappero, reggaetón, de doble pompa viva y prodigiosa.
Me salen versos cuando hablo de culos. Quizá porque en los culos hay algo más antiguo y atávico que en las tetas, que en realidad son una intelectualización. Las tetas son renacentistas, pero el culo es primitivo, neaderthaliano. Con su poder de atracción inequívoca, su convergencia invitadora, es un hit prehistórico. Despierta nuestro costado más bestial: el del acoplamiento en cuatro patas. Las tetas son un invento más reciente, son prosaicas. El culo, en cambio, es lírico, musical, candencioso, indiscernible del meneo de caderas, del ritmo, la batida de la bossa que retrata a la garota que se aleja en Ipanema. Porque el culo siempre se aleja, siempre se va yendo, invitando a que lo sigan. Se mueve en dirección contraria de las tetas, que siempre vienen y por eso suelen ser alarmantes, amenazadoras, casi bélicas (me acuerdo de las tetas de Afrodita, la novia de Mazinger Z, que se disparaban como dos misiles). Las tetas confrontan, el culo huye, es elegía de sí mismo, se va yendo como la vida misma y deja tristes a los hombres pensando qué cosa más linda, más llena de gracia aquella morena que viene y que pasa con dulce balance camino del mar.
Las argentinas tienen orto, las colombianas jopo, las brasileras bunda, las mexicanas bote, las peruanas tarro, las cubanas nevera o fambeco, las chilenas tienen poto. O mejor dicho, las chilenas no tienen poto, según mis amigos transandinos que se quejan de esa falta y quedan asombrados cuando viajan por Latinoamérica. Yo mismo casi me encadeno a la muralla del Baluarte de San Francisco, en el último Festival de Cartagena de Indias, para no tener que volver y poder seguir admirando el desfile incesante de cartageneras o barranquilleras cuyos culos altaneros merecían no este breve artículo sino un tratado enciclopédico o un poemario como el Canto General.
De las cosas que hacen las mujeres por su culo, la que más ternura me da es cuando lo acercan a la estufa para calentarlo. No lo pueden evitar. Pasan frente a una chimenea o un radiador y acercan el culo, lo empollan un rato. El culo es la parte más fría de una mujer. Siempre sorprende al tacto esa temperatura, el frescor del cachete en el primer encuentro con la mano.
Durante el abrazo, se puede llegar a los cachetes de dos maneras. Una es desde arriba, si la mujer tiene puesto un pantalón, pero es dificultoso y lo ajustado de la tela impide la maniobra y la palmada vital. La otra forma es desde abajo y eso es lo mejor, cuando se alcanza el culo levantando de a poco el vestido, por los muslos, y de pronto se llega a esas órbitas gemelas, esa abundancia a manos llenas.
En ese instante se siente que las manos no fueron hechas para ninguna otra cosa más que palpar esa felicidad, para sentir con todos los músculos del cuerpo la blanda gravitación, el peso exacto de la redondez terrestre.
Se suele pensar que, en el sexo, la posición de perrito somete a la mujer. Pero hay que decir que abordar por detrás a una mujer de ancas poderosas puede ser todo lo contrario: es como acoplarse a una locomotora, como engancharse en la fuerza de la vida, hay que seguirla, no es fácil, uno queda subordinado a su energía, hay que trabajar, darle mucha bomba, carbón para la máquina. Es uno el que queda sometido a su gran expectativa, absorto, subyugado, vaciándose para siempre en la doble esfera viva de esa mantis religiosa.
Una vez vi un hombre de unos 45 años dando vueltas al parque, corriendo tras su personal trainer. Lo curioso es que era una personaltrainer, y las calzas azules de esta profesora de gimnasia evidenciaban que tenía un doctorado en glúteos. Como el burro tras la zanahoria, el hombre corría tras ella sin pensar en nada más que ese seguimiento personal. No me sorprendería que a la media hora hubiera un grupo de corredores trotando detrás, en caravana.
La música de los culos es la del flautista de Hamelin. Los hombres, con su legión de ratones, van tras ella, hipnotizados.
Las mujeres saben aprovechar sus recursos. Yo trabajé en una empresa en el mismo piso que una arquitecta narigona (esas narigonas sexys) y con un 'tremendo fambeco'. Ella sabía que era su mejor ángulo y lo hacía valer, con unos pantalones ajustados que dejaban todo temblando. Era una de esas oficinas cuadradas, llenas de líneas rectas: el almanaque cuadriculado, la tabla rectangular del escritorio, la ventana, los estantes, las carpetas de archivos. Un lugar irrespirable de no ser por el culo de la arquitecta que a veces pasaba camino a tesorería o a la fotocopiadora. Su culo era lo único redondo en todo este edificio de oficinas. Lo único vivo yo creo. Nunca intenté nada (se decía que tenía un novio), pero en una época yo pensaba escribir una novela con los acoplamientos heroicos que imaginé con ella. Una novela que iba a titular, con un guiño a Greenaway, 'El culo de una arquitecta'.
No escribí ni dos líneas de esa novela, pero sí algunos poemas que ella nunca leyó. Me acuerdo que la veía antes de verla, la intuía en un ritmo particular que tenía el sonido de sus pasos, un peso, un roce de la cara interna de sus muslos de falsa mulata. Cuando aparecía en el rabillo de mi ojo, ya sabía plenamente que se trataba de ella. Y pasaba y todo se detenía un instante, el memo, el mail, la voz en el teléfono, todo se curvaba de pronto, no había más rectas, todo se ovalaba, se abombaba, y el corazón del oficinista medio quedaba bailando. No exagero.
Además era plena crisis del 2002. Todo se derrumbaba, caían los ministros, los presidentes, caía la economía, la moneda, la bolsa, caía el gran telón pintado del primer mundo, caía la moral, el ingreso per cápita, todo caía, salvo el culo de la arquitecta que parecía subir y subir, cada vez más vivaracho, más mordible, más esférico, más encabritado en su oscilación por los corredores, pasando en un meneo vanidoso que parecía ir diciendo no, mirame pero no, seguime pero no, dedicame poemas pero no.
Ojalá ella llegue a leer esto algún día y se entere del bien que me hizo durante esos dos años con solo ser parte de mi día laborable pasando con tanta gracia frente al mono de mi hormona.. Y ojalá se entere también que, cuando me echaron, lo único que lamenté fue dejar de verla desfilar por los pasillos, respingando el durazno gigante de su culo soñado.
Pedro Mairal

1 comentario:

Anonymous dijo...

Hola amigos, este es mi testimonio. estamos casados ​​por 5 años y juntos por 9 años. Estuvimos separados por 4 meses. Quiere salir y no está dispuesto a salvar nuestro matrimonio. Hemos sido una gran pareja (al menos yo creía esto) y discutimos raramente. Meses antes de irse de casa, estaba tan inactivo y dormía mucho. Me di cuenta de que estaba teniendo una aventura emocional con alguien y confirmó que se sentía atraído por ella. Luego dijo que ya no está enamorado de mí y que no puede vivir conmigo. Le rogué, lloré y así por meses. Necesitaba mucha ayuda y quería que mi esposo me regresara. Estaba navegando en Internet cuando vi un testimonio de una mujer sobre cómo el Dr. Ajayi, el gran lanzador de hechizos que ayudó a curar el fibroma y pudo tener un hijo propio, que en A su vez restaura la paz en el hogar. ella deja caer su contacto y lo copié, al principio era escéptico acerca de contactar pero realmente necesito una solución duradera para mi problema, así que le envié un mensaje explicándole mi situación, me dijo que tuviera la seguridad de que mi esposo vendrá si debía hacer lo que me ordenaba, hice todo lo que me dijo que hiciera y al cuarto día recibí un mensaje de disculpa de él diciendo que no sabía lo que le sucedió, esa noche regresó a casa y suplicó por todas sus malas acciones y desde entonces nuestro amor y matrimonio han sido más fuertes. Quiero agradecer especialmente al gran lanzador de hechizos Dr. Ajayi por su buen trabajo y por hacer feliz de nuevo en la vida. Si tiene el mismo problema matrimonial o si tiene otros problemas que lo presionan, comuníquese hoy con el Dr. Ajayi por correo electrónico: Drajayi1990@gmail.com o número de Whatsapp: +2347084887094. Él es capaz de realizar cualquier tipo de hechizo que se te ocurra, soy un Testimonio vivo.