miércoles, 3 de junio de 2009
TECNOLOGÍA
Tecnología
Hace unos años cuando viajaba, lo más pesado que llevaba cargado en mi mochila, era un cámara fotográfica Minolta profesional. Recuerdo que maldecía el peso del aparato susodicho, mientras trepaba sudoroso la pirámide de la luna en Theotihuacan, pero el paisaje ameritaba el sacrificio y las docenas de rollos.
Aquí, acá, más allá. No te olvides de esa escultura y de aquella máscara. Señor... Mister por favor nos saca un fotito, que salga toda la pirámide eh!! Take a picture man. Take a picture.
A parte fue cargar al regreso del viaje, los dos álbumes descomunales con los cientos de fotos reveladas de nuestro periplo por México, que hoy descansan por allí en un baúl olvidado, vestigio de lo que ya fue. (pero eso es otra historia)
Hoy la tecnología nos da la oportunidad de cargar con cámaras livianas y diminutas de alta definición que caven en un bolsillo e inclusive son superiores o igualan la calidad de aquella vieja Minolta. Algunas hasta filman videos. Como la resolución es inmediata puedes ver las fotos, si no te gustan volver a sacarlas y desechar las que no son de tu agrado. Una verdadera maravilla de la tecnología.
Lo gracioso es que sigo transpirando, cargando la mochila y maldiciendo ahora por el peso de mi laptop. Sí, todavía no la cambio por una diminuta notebook, porque les confieso que el peso y el tamaño de la notebook están cool, pero la pantalla me resulta demasiado pequeñita.
O sea el burro/humano sigue cargando más o menos actualizado la tecnología reinante. Y maldiciendo el peso, las llagas en los hombros y el dolor de espalda.
Qué vendrá después tal vez un corazón o unos pulmones artificiales con unos singulares tubos transparentes y diáfanos insertados a la altura de la nuca, para que el tipo siga viviendo, eso sí, siempre cargando la maldita mochila con la última tecnología.
Pensar que Ana mi madre que murió a mediados de los noventa, ni siquiera supo lo que era un control remoto y sólo en contadas ocasiones miraba de soslayo el viejo Panasonic monofónico, en el que nadie hacía zapping.
Edu BB Videla (c) 2009
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